Ocasionalmente está considerado como el bajo de la familia del oboe. Su tesitura es de 3 octavas y media y se puede dividir en 4 registros: grave, medio, agudo y sobre agudo.
El fagot tiene una altura de 146 cm. aproximadamente y una longitud total del taladro de 250 cm. El fagot debe su existencia a la necesidad musical de ampliar la región grave del sonido de los instrumentos de viento.
Como ocurre con la mayoría de instrumentos integrantes del muestrario instrumental europeo, el fagot cuenta con famosos precedentes, uno de los cuales puede reflejarse en el impulso que llevó a los músicos romanos a ampliar en su parte grave el aulos (una especie de oboe, legado por los griegos, que en el mundo latino tomó el nombre de tibia bassa, la cual, aún tratándose de un lejano embrión, puede considerarse como el primer intento efectuado dentro de una larga genealogía de instrumentos creados para tal menester).
El fagot, que recibió en algún momento en España la designación de bajón, vivió su expansión en los siglos XVII y XVIII, y, aunque al principio sus funciones las ejerció mayoritariamente dentro de la música eclesiástica, reforzando las voces de los cantores, su presencia en el arte secular arreciaría con el tiempo.